Conferencia ¿Quiénes son los Animales? Parte 2 de 3
Impartida el Día Internacional de los Animales en la Feria de la delegación Miguel Hidalgo, México DF, 2008.
La respuesta al título de esta conferencia tenía que provenir de los animales… ¿no es verdad? Así que los entrevisté a ellos directamente. Algunos fueron animales conocidos y físicamente presentes: perros, gatos caballos insectos… Otras fueron preguntas dirigidas a animales distantes, y finalmente me dirigí al Consejo Espiritual de los Animales, el cuál es un nivel muy alto de conciencia que engloba a todos los animales. Aquí tienen sus respuestas, muy inspiradoras y que invitan a una profunda reflexión.
Camello en la Calle
Paseaba yo por la calle, cerca de una televisora, cuando me encontré un par de carros transportadores de animales de gran tamaño. Eran un par de camellos, cuatro llamas y dos avestruces. Los animales parecían bien cuidados y salvo una de los avestruces que se veía muy nerviosa, los demás estaban tranquilos. Entonces entablé una conversación con el camello más pequeño.
— Hola, ¿quisieras hablar conmigo?
— No hay mucho de qué hablar, me dice el camello.
— Bueno, ¿cómo te sientes?
— Bien.
— ¿Vives en un lugar agradable?
— No (me mostró entonces un lugar oscuro y pequeño)
— ¿Pero vives con tu amigo el camello más grande?
— Sí, él es más viejo y sabio. Pero el contacto con los seres humanos no me gusta mucho. Todo el tiempo están molestando, queriendo cosas de nosotros. A mí me gusta más estar en silencio, con otros animales solamente (me dijo molesto).
— Lo siento.. Pero seguro que hay algo que aprender de una situación así.
— No veo bien qué. Las luces y el movimiento constante me marean. Estoy un poco harto de todo ello a decir verdad. Pero sí siento apoyo de mis otros compañeros animales. Ellos también están desgastados, pero entre todos nosotros nos damos ánimos.
— Los humanos necesitamos del contacto con ustedes, y toda esta situación nos refleja el momento de nuestra propia conciencia.
— No veo que en realidad nos observen. No hacen contacto como tú ahora. Los humanos están perdidos en su mundo y no saben escuchar. Por eso nosotros no tenemos nada que decir.
— Algunos sí sabemos escuchar
— Pues eres la primera. Ninguno de mis compañeros había visto tampoco alguien como tu de entre los humanos.
— El mundo está cambiando, poco a poco habrá más seres humanos como yo, ya verás. En otros sitios ya hay muchos. (Entonces lo vi asombrado y más luminoso)
— Tendré que pensar eso.. (lo veo reflexivo, un momento después comienza a hablar de nuevo). eso está bien. Sería bueno que nos escucharan y que supieran lo que en realidad queremos. Yo, por ejemplo, tengo nostalgia del desierto, del viento en mi piel, de ver el horizonte y de estar en paz, en silencio.
— ¿Haz experimentado el desierto?
— No, pero son imágenes (mentales) que compartimos entre nosotros, para no olvidar de dónde venimos y perdernos en su confusión (humana). La avestruz que ves (me enseña imágenes de la más inquieta), por ejemplo, ya está afectada, está nerviosa y perdió su centro.
— ¿Y tú?
— Yo siento nostalgia. Quisiera estar en otro lugar, siento que sí podría perderme (confundirme) a veces. Pero vuelvo a la energía del grupo y me siento en paz.
— ¿Hay algo que yo pudiera hacer por ti?
— Sí, darles a otros humanos este mensaje. No estamos hechos para ser trasladados y mostrados a otros humanos, con las luces y con tanto ajetreo, si no para recorrer largas distancias bajo el cielo del desierto. Somos fuertes, sabemos de la perseverancia, tenemos muy buen olfato y sentido de la dirección. Nos gustan los espacios abiertos y podemos mantener una buena relación con los humanos en esas condiciones. No nos gusta vivir en su ruido y sentirnos atrapados en espacios tan pequeños. ¿Tú crees que otros humanos podrían entender todo esto?
— No lo sé. Nosotros estamos muy aislados y perdidos, como tu dices, (entonces lo vi triste de nuevo), pero yo no pierdo la esperanza, tengo dos hijos y conozco a otros humanos que son compasivos y con una conciencia despierta, son seres completos. Eso me da esperanzas.
— Bien por ti. Yo solo veo rostros vacíos. A los humanos no los tengo en buena estima, pero ha sido bueno encontrarte, es bueno pensar que el mundo puede cambiar porque nos hemos encontrado hoy. Si.
— Gracias por haber hablado conmigo.
— Gracias a ti, mi día ha cambiado.
Caballo
“Los animales damos mucho soporte a los humanos, les acompañamos en casi todas sus empresas, y no solo a nivel físico, si no que nuestra energía les equilibra y apoya a lo largo del día…. No sé qué sería de mi jinete sin mí, a veces me lo he preguntado…. Y cuando me lo pregunto como ahora, sé que mi presencia en su vida es muy importante. Ella me valora y aprecia, y sabe que cuenta conmigo como no lo hace con ningún amigo humano. Yo le doy la presencia completa que ella necesita para entrar a un mundo humano que no le gusta, y que no aprecia tampoco todo lo que ella es… por eso conmigo está segura…. Así que yo diría que los animales somos sus amigos. Sus amigos leales y perfectos (y me guiña un ojo)…
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